17.11.08

AUTOENTREVISTA



A ver... háblame de tu novela.

Considero que es un proyecto ambicioso, Al menos más ambicioso que otras historias que he escrito. Pero no empezó siendo así, como muchos de mis relatos, en un principio era una simple anécdota.


¿De qué trata?

Ojalá fuera tan sencillo explicarlo.


¿No hay una histora?

Claro que hay una historia, pero cada vez que la explico me doy cuenta que es mucho más que la historia.


Voy, voy... Pues así son las novelas, al menos las buenas: mucho más que una historia.

Ya sé, pero yo soy un cuenstista, me gusta la sencillez, soy un jardinero no un agricultor.


Bájale a las metáforas y dime de qué trata.

Es un tipo de novela policiaca.


¿Un tipo?

Pues sí, hay muertos, hay investigación. O más bien... hay desaparecidos y la presunción de que están muertos.


Sigue...

Se trata de periodistas. Al comenzar el libro, se sabe que dos periodistas han desaparecido. Se les identifica con su nombre de pila, Magda y Luis.

Magda es reportera en México y Luis en Estados Unidos (Tijuana y San Diego, para ser más específico).

El libro arranca con un prólogo que nos informa que el caso de los desaparecidos causó conmoción en un principio, pero que lentamente se fue volviendo archivo muerto, como sucede en esos casos. Al parecer, “el autor del prólogo” ha tomado en sus manos la investigación que no realizaron las autoridades.


¿No hubo una investigación?

El prólogo hace ver que sí la hubo, pero no a fondo. Y que se especuló mucho sobre la posibilidad de que los periodistas no están desaparecidos sino que simplemente se fueron juntos.


¿Cómo que se fueron juntos?

Es que ellos tenían una relación sentimental, y se cerró al caso porque las autoridades no quedaron convencidas de que hubo un crimen y, por lo tanto, no ameritaba investigación. Entonces “el autor” se echa en manos la tarea de continuar la investigación a partir de un diario que encontró de Magda.


¿Por qué haces tanto énfasis en “el autor”? ¿No eres tú el autor?

Claro que lo soy, pero existe un narrador. De hecho son dos narradores. Para diferenciarlos, me refiero a uno como autor y el otro como narrador. El autor del libro que investiga la desaparición de los periodistas y el narrador, que es la voz de Magda a través de su diario.


Bien, sigue...

En el libro, el autor presenta el diario de Magda y a la vez lo va comentando. Algunas veces deja que ella hable, citando textualmente su diario, y otras veces es él quien analiza el contenido del diario.


Entiendo. Háblame más de la historia.

La historia vá más o menos así: hace cinco años asesinaron al novio de Magda (Fabián). Al empezar, sabemos que Magda intenta recuperarse de su duelo, para ello redacta unas cartas de despedida.

Magda usa de excusa haber conocido a Luis, un escritor mayor que ella que trabaja en un periódico de San Diego. Le interesa tener una relación con Luis y para ello, sabe, debe deshacerse de su luto.


¿Qué tanto es mayor que ella?

Magda tiene 28 y Luis 46, saca la cuenta.


Eso te puede servir para explorar el tema de ese tipo de relaciones, ¿o no?

Sí, lo hago. ¿Puedes dejar de interrumpirme?


Órale, ¡qué carácter! Síguele pues.

Magda tiene una pistola que fue de Fabián. Durante cinco años la ha guardado bajo la almohada. Sabemos que hace esto porque alguna vez sintió su vida amenazada.

Esta sensación de amenaza regresa a su vida, porque ahora se desempeña como reportera en Tijuana, y de vez en cuando cubre temas policiacos relacionados con el narcotráfico.

Su temor es una parte fundamental del libro. Le cuesta trabajo deshacerse de la pistola, se siente segura con ella. Pero sabe que es importante dejarla porque es un paso importante para consolidar su relación con Luis.

Ese temor la obliga a pensar en los riesgos de su profesión y recuerda algunas conversaciones que tuvo con el periodista JB, a quien admira. JB es un reconocido periodista que ha sido víctima de atentados por parte del narcotráfico y vivió los últimos años de su vida resguardado por numerososo guardaespaldas.


¿JB?

Mi idea es manejar todos los personajes secundarios por sus iniciales.


JB suena mucho a Jesús Blancornelas...

Claro. De hecho, muchos datos en la novela apuntan a que lo es. Y son datos muy precisos, además.


¿Entonces por qué no llamarlo por su nombre?

Al principio se llamaba por su nombre, pero luego consideré que sería interesante que el lector lo “advinara”, por lo obvio que es. Así, habría otros personajes con iniciales que podrían también ser considerados personas reales. Esto se prestaría a especulación por parte del lector, y eso me gustó.


¿Y la posibilidad de ser demandado?

Eso no me preocupó tanto, no estoy difamando a nadie. JB es un personaje clave en el libro, lo escuchamos conversar con Magda, le ofrece consejos. Ella lo considera su mentor. En su momento, yo tuve conversaciones con Blancornelas y las estoy reflejando en este personaje. Si alguien quisiera demandar, de nada servirían las iniciales. Pero no creo que sería el caso, no tendría sentido.


Bien, entonces tienes a Magda, Luis, Fabián y JB...

Magda siente que no puede simplemente cerrar el libro de Fabián sin saber los motivos de su muerte. Durante cinco años ha estado sufriendo su ausencia sin hacerse preguntas. Ahora decide ser reportera y empieza a armar un rompecabezas: indaga, hace preguntas, investiga.


O sea, se comporta como periodista.

Así es. Y eso puede ser muy peligroso. Fuera de mi novela, el jueves pasado asesinaron a un reportero en Ciudad Juárez. Este acontecimiento me ha hecho pensar en lo difícil que puede ser esa profesión, y cuáles son las razones que motivan a un reportero a seguir con un trabajo así, especialmente siendo tan mal remunerado.

Aquí hay algunas reflexiones que escribí sobre la muerte de ese reportero...
Narcotráfico y responsabilidad de los editores


¿Fabián era reportero?

No, Fabián estaba del otro lado del espectro. Era lo que se llama “un narquillo”, alguien metido en el rollo del narcotráfico. ¿Hasta qué punto? Ni yo mismo lo sé. Lo cierto es que hubo un momento en que temió por su vida, y finalmente murió.

Al criminal lo mueve la avaricia, el dinero fácil, la adrenalina... ¿pero qué mueve al reportero? ¿Por qué su incesante búsqueda de información cuando sabe los riesgos que corre? Y sobre todo, ¿cuáles son las motivaciones de uno y de otro (reportero, narco) y cuales las similitudes?

Justo en este momento siento que hay similitudes. Me acabo de dar cuenta de ello.


Órale, entonces sí fue útil esta entrevista.

Sí. Quién lo diría. Luego le seguimos.





6 comentarios:

Unknown dijo...

Orale. Te congratulo por retomar este importante proyecto. Alguien debe de reportar la verdad, sin miedo, aunque sea por la puerta de la ficción o el periodismo. Olvidemos las categorías. JB estaría orgulloso. Mucha suerte en revelar el misterio. Resolver el crimen. Abrir el expediente. Espero más...

Paul Medrano dijo...

Pos estaré pendiente por estos lares. Un saludo desde los sures, maese Crosswhite

Alfredo Godínez dijo...

Si, ya es hora de volver a leer algo tuyo.
Tengo tus Instrucciones para cruzar la frontera, lo econtré en Puebla escarbando. No he podido encontrar nada más.
Tu literatura me la presentó Palou en algún taller que llegó a darme.
Un abrazo.

Nelly Cervantes Janequin dijo...

buena forma, me recordó a Kundera.

Mónica Arreola dijo...

Saludos!

Chutagatos dijo...

Hola. Quiero preguntarte si tú escribiste un libro que se llama "Los Idus de la Mente". Y dónde se puede adquirir. Gracias y Saludos.